En un encuentro marcado por la excesiva confianza, el equipo BAZU EBA enfrentó una dura realidad contra el colista BT, un equipo revitalizado por tres victorias consecutivas en su terreno. Lejos de la complacencia esperada, BT demostró desde el inicio que no cedería fácilmente, marcando la pauta del juego con una impresionante racha de triples que estableció el tono para el resto del partido.
A pesar de una breve recuperación de BAZU que les permitió cerrar el primer cuarto con un apretado 19-18 a su favor, fue el único momento en el que brillaron. La esperanza de mantener la racha positiva se desvanecía a medida que BT tomaba el control, aprovechando cada oportunidad y exponiendo las debilidades defensivas de BAZU con un acierto devastador desde la línea de tres.
El segundo cuarto evidenció aún más la desconexión de BAZU, perdiendo por un margen de 22-15 y permitiendo que BT se adentrara en el descanso con una ventaja de seis puntos, un total que ya parecía una montaña insuperable para los visitantes.
El regreso a la cancha no trajo la mejora esperada. La segunda mitad se convirtió en un calvario para BAZU, recibiendo un total de 55 puntos, un reflejo de una defensa inexistente y un juego colectivo olvidado. El equipo local no solo dominó el ritmo y la anotación sino que también impuso su ley bajo los tableros, extendiendo su ventaja a lo largo de los cuartos restantes y culminando en una derrota contundente para BAZU de 95 puntos en contra.
Este encuentro, lejos de ser un mero contratiempo, se presenta como una severa llamada de atención para un BAZU que olvidó las bases de su juego y subestimó a un rival aparentemente menor. La falta de garra y orgullo fue palpable, y el equipo debe ahora enfrentarse a la dura tarea de reconstruir su moral y cohesión.
La lección está clara: en el baloncesto, ningún rival es menor y la confianza excesiva puede ser el mayor enemigo. BAZU deberá reagruparse, aprender de sus errores y volver al terreno de juego con una renovada determinación y respeto por cada oponente.
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