En un encuentro crítico para la permanencia, BAZU EBA se enfrentaba al gigante de la categoría, Movistar Estudiantes, en un partido que se antojaba monumental no solo por la envergadura del rival, sino también por la imperiosa necesidad de victoria para evitar el descenso. Conscientes de la dureza del compromiso, el equipo local se propuso mantener la contienda equilibrada en los compases iniciales.
El primer cuarto reflejó un BAZU concentrado, pero plagado de errores que, a pesar de todo, lograron concluir con un marcador ajustado de 12-19. La distancia era superable, pero el segundo cuarto reveló las dificultades de BAZU ante una táctica defensiva zonal de Estudiantes. La falta de eficacia perimetral y los fallos en canastas aparentemente fáciles facilitaron un parcial de 11-22 para los visitantes, dilatando la brecha a 18 puntos al intermedio.
El descanso sirvió de catalizador para un renacido BAZU que regresó al parqué con una renovada energía. La mejora se tradujo en una serie de jugadas efectivas que redujeron la diferencia a solo 7 puntos, insuflando esperanza en las gradas y en el equipo. Sin embargo, la alegría fue efímera; un triple crucial de Giovannetti y una secuencia anotadora de Estudiantes reinstauraron una cómoda ventaja de 15 puntos para los líderes al cierre del tercer cuarto.
El último periodo fue un reflejo del tercero, con BAZU esforzándose por recortar distancias pero encontrando en cada paso una respuesta por parte de Estudiantes. Aunque se adjudicaron el cuarto por una pequeña margen, el esfuerzo fue insuficiente para revertir el destino del encuentro, y del propio equipo en la categoría.
La derrota confirmó matemáticamente el descenso de BAZU, un duro golpe tras una temporada de lucha y coraje. Destacaron en este enfrentamiento Germán Hierro, con 21 puntos, demostrando su calidad y entrega, y Jorge Barra, que contribuyó con 13 puntos.
Más allá del resultado, es imperativo resaltar el inquebrantable apoyo de la afición de BAZU, cuyo aliento constante ha sido una fuente de motivación para el equipo a lo largo de la campaña. Su presencia y ánimo han sido un faro de esperanza en los momentos más desafiantes, y aunque la salvación no ha sido posible, el respaldo de estos fieles seguidores sigue siendo el mayor triunfo de la temporada.
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