El domingo 6 de octubre, el equipo enfrentó al C.B. Sonseca en un partido complicado desde el principio. Debido a problemas organizativos de última hora, nos vimos obligados a disputar el encuentro en el polideportivo Arroyo del Vallejo, en lugar de nuestra habitual cancha en La Paz, algo que ya marcó un cambio en la dinámica de juego a la que estamos acostumbrados. A pesar de esto, salimos al campo con la intención de competir y luchar por la victoria, pero el resultado final fue un duro 41-87 en contra, reflejando la gran diferencia que hubo en la cancha durante los 40 minutos.

El primer cuarto comenzó con buenas sensaciones para nuestro equipo. Nos manteníamos en el partido gracias a un inicio acertado en los tiros exteriores y una defensa sólida. Logramos salir bien de la presión del rival, lo que nos permitió mover el balón con cierta fluidez y encontrar tiros cómodos. Durante los primeros minutos, ambos equipos mostraron un juego bastante igualado. Sin embargo, hacia el final del primer cuarto, nuestra intensidad bajó de manera notable. El C.B. Sonseca supo aprovechar esta circunstancia para tomar ventaja en el marcador, cerrando el primer periodo con un 13-20 a su favor. Aunque la diferencia aún era manejable, ya se empezaban a ver algunos signos de desconcentración en nuestro equipo, especialmente en defensa.
El segundo cuarto fue un reflejo de las inconsistencias que hemos mostrado en varios momentos esta temporada. Tras un buen arranque en el que encadenamos varias jugadas positivas tanto en defensa como en ataque, logramos recortar distancias y nos acercamos en el marcador. Nuestra defensa apretó y generamos transiciones rápidas que nos permitieron anotar con facilidad. Sin embargo, a medida que el cuarto avanzaba, volvieron los errores. La mala toma de decisiones en ataque, sumada a un acierto muy irregular en los lanzamientos, nos hizo perder el terreno ganado. El rival, mucho más sólido en ambos lados de la cancha, aprovechó cada fallo para castigar en el contraataque y ampliar su ventaja. Así, nos fuimos al descanso con un marcador desfavorable de 29-43, una diferencia que ya comenzaba a ser preocupante.
El descanso no trajo la reacción que esperábamos. En el tercer cuarto, el equipo se descompuso por completo. Los jugadores cayeron en el individualismo, dejando de lado el juego colectivo que nos había permitido competir durante la primera mitad. La circulación de balón se volvió lenta y predecible, lo que facilitó el trabajo defensivo del C.B. Sonseca. En ataque, la falta de confianza y las malas decisiones se tradujeron en pérdidas de balón y tiros forzados. En defensa, las ayudas no llegaban a tiempo y dejamos demasiados espacios, lo que permitió al rival anotar con facilidad. El resultado fue un cuarto desastroso en el que solo conseguimos anotar 3 puntos, mientras que el rival aumentó su ventaja de forma alarmante, cerrando el parcial con un doloroso 32-64. El equipo parecía haber dado el partido por perdido, y eso se reflejaba en cada acción.
El último cuarto no fue muy distinto al tercero. Las malas decisiones, tanto ofensivas como defensivas, se multiplicaron. A esto se sumó una salida de presión deficiente que permitió al C.B. Sonseca seguir controlando el ritmo del partido. La falta de intensidad y concentración fue evidente, y el marcador siguió ampliándose a favor del rival. La actitud mental del equipo no fue la adecuada para intentar una remontada, y el desánimo se notaba en cada jugador. Finalmente, el partido concluyó con un contundente 41-87 que deja un sabor amargo.
Este encuentro ha dejado claras varias áreas en las que debemos trabajar. A nivel mental, es crucial que el equipo no baje los brazos tan pronto en el partido, y que, independientemente del marcador, se mantenga la concentración y el esfuerzo durante los 40 minutos. Además, necesitamos mejorar la toma de decisiones en momentos clave, ya que la precipitación y los errores individuales nos costaron caro, especialmente en la segunda mitad. Por otro lado, es evidente que tenemos que ser más consistentes en el tiro. Los buenos porcentajes en los primeros minutos no pueden ser efímeros, sino que deben mantenerse a lo largo de todo el partido para tener opciones reales de competir.
Aunque la derrota ha sido dura, estos momentos también nos ofrecen la oportunidad de reflexionar y aprender. Sabemos que tenemos potencial y talento en el equipo, pero es necesario canalizarlo de manera colectiva. Este tipo de partidos nos sirven para darnos cuenta de las áreas en las que debemos mejorar, tanto en términos de juego como en actitud. Ahora, toca seguir trabajando duro en los entrenamientos para corregir errores y fortalecer nuestro juego de cara a los próximos compromisos.
A pesar del resultado, confiamos en que este equipo puede dar mucho más. La temporada es larga y aún tenemos margen para crecer y mejorar. Sabemos que la mentalidad debe ser otra, y que, en cuanto logremos consolidar nuestro juego y mejorar la concentración, los resultados comenzarán a acompañarnos. La derrota duele, pero también motiva a seguir adelante.
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